Invierto mi tiempo en HOY, en el Ahora.
Yo tengo las riendas de mi vida. Nada ni nadie más puede ocupar ese papel. Ser responsable de mi vida es saber en todo momento qué es idóneo para mí. Es ocuparme en el ahora, trazando un plan para mi porvenir, desde una actitud equilibrada y coherente.
Las creencias van a interferir. El reflejo de ellas está a la vista en mi realidad.
A cada paso que doy, puedo comprobarlo.
No hay mejor guión en la vida que la observación de lo que ocurre en mi propia vida.
¿Qué está ocurriendo?
No voy a culparme por lo que vea. Voy a cambiarlo, si no me gusta.
A fin de cuentas, a cada momento, estoy aprendiendo.
Por eso, me interesa ser muy, muy paciente conmigo.
No puedo asegurar que vaya a resolverlo todo.
No puedo saber si lo hago bien o lo hago mal; a fin de cuentas, eso es solo cuestión de percepción.
Lo que sí puedo comprobar y experimentar es cada pequeño logro que consigo. Unido a la paciencia, cada pequeño logro, por ínfimo que sea, es un paso más hacia mi plenitud y coherencia.
Tomo las riendas de mi vida, sabiendo que es mía y para mí. Y que, básicamente, eso es todo lo que tengo. Por lo que pongo toda mi intención en observarme, a mí, y a lo que ocurre en mi vida.
Pero, nunca más lo veré como una carga.
Siempre veré la oportunidad, porque sé que ahí está. Tal vez hoy no la vea, pero muy probablemente mañana la veré, como así ha sido siempre en mi vida.
Por eso me doy paciencia, y pongo mi mejor actitud en HOY. Es con lo que cuento.
Mi vida es Hoy.
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Con amor,
Luz Ros
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